
No dejé ninguna palabra Indicando hacia dónde Me había marchado, Hacia adónde iba O lo que iba a ser! Sólo viendo las horas Del día llevándome lejos Hacia el infinito!
En movimiento constante, Pido paciencia, Pero el tiempo, ¡No cesa para nadie!
Pero por lo menos tengo Mi voluntad subsiguiente, Quien se arrodilla En humilde sumisión ¡A la ley divina!
Los ritmos De la naturaleza Son los instructores Y los implementos De la sabiduría para A quien nadie antes Ha dicho o descubierto A través del tiempo Que solo el mundo- No uno-es viejo!
Romeo Della Valle © Derechos reservados-2017 Ciudad de Nueva York